29 de julio de 2012

Los hemangiomas en los niños

¿Qué son?
Los hemangiomas son unos tumores vasculares totalmente benignos. Su incidencia se estima entre el 1-3% de los recién nacidos, y hasta el 10% en los menores de un año, siendo más habituales en los pretérmino y en las mujeres. Aunque pueden estar presentes en el momento del nacimiento, lo más frecuente es que aparezcan en las primeras semanas o meses de vida.
Es más frecuente que sean lesiones únicas, aunque también pueden aparecer varias. La localización más habitual es cabeza y cuello, seguida de extremidades y hombros. Más raramente puede afectar a las mucosas.


Suelen aparecer como una mancha rosada que aumenta progresivamente de tamaño, de superficie lisa o amamelonada. Su evolución natural se divide en tres fases diferenciadas. Hay una primera fdase proliferativa, que se caracteriza por un aumento rápido de tamaño y que ocurre durante los primeros 3 a 9 meses. A continuación, sigue una fase estable, sin cambios clínicos, para finalmente pasar a una fase involutiva en la que la lesión se va reduciendo, y prácticamente la totalidad de ellos desaparecerá espontáneamente en el periodo de varios años. La piel puede quedar completamente normal, aunque lo más frecuente es que quede un cierto grado de atrofia, con telangiectasias (dilatación de los capilares pequeños o vasos sanguíneos superficiales) o piel redundante.

¿Qué complicaciones pueden aparecer?
Sólo un 20% de los hemangiomas da lugar a complicaciones, generalmente locales, por compresión u obstrucción de estructuras importantes (ojos, nariz, boca, vía aérea, etc). En caso de situarse en lugares de roce o presión, pueden llegar a ulcerarse. Otras posibles complicaciones son la infección, el sangrado o el dolor.

¿Cuando se trata?
Dado que prácticamente la mayoría de los hemangiomas se resuelven solos, lo habitual es mantener una actitud expectante, es decir, no hacer nada.
Los casos a tratar serían los siguientes:
 - Riesgo funcional: área alrededor del ojo, en la vía aérea, linea media de la cara, genitourinarios, pabellón auricular..
 - Riesgo de ulceración o sangrado, sobre todo cuando aparecen en pliegues, áreas de roce y particularmente en el área del pañal.
 - Riesgo estético: angiomas de gran tamaño, los localizados en la cara con riesgo de desfigurar, o en la punta de la nariz...
- Riesgo psicológico del niño o de sus padres


¿Con qué se trata?
Cuando es necesario un tratamiento farmacológico, el fármaco de elección es el propranolol por vía oral. Se trata de un betabloqueante que se usa en los adultos como medicamento cardioprotector, en caso de insuficiencia cardíaca. 
Cuando se decide iniciar tratamiento con este fármaco, por mayor seguridad, se le realizan una serie de pruebas al bebé: electrocardiograma, ecocardiograma, medición de glucosa, frecuencia cardíaca, tensión arterial.... Si todo es correcto, se inicia el tratamiento a dosis bajas para ir incrementándose poco a poco. Generalmente es un fármaco bien tolerado y no da lugar a ningún tipo de problema.
Cuando no se pueden utilizar betabloqueantes, o cuando el uso de propranolol no es eficaz, suelen usarse corticoides orales o intralesionales. Además, hay estudios recientes que sugieren que el itraconazol, un fármaco que se usa contra los hongos, puede tener un papel para el tratamiento de los hemangiomas, pero todavía está en estudio.
Otra opción que a veces se usa es el timolol tópico, otro betabloqueante, pero que usa en forma de gel o en colirio oftálmico, para aplicar encima de estas lesiones superficiales o de pequeño tamaño.
Otros tratamientos descritos son los corticoides tópicos, imiquimod, interferón alfa, rapamicina...
El tratamiento con láser se considera en caso de hemangiomas ulcerados, lesiones residuales teleangiectásicas o en fase proliferativa, aunque en este último caso nunca como primera opción.

¿Cuales son los posibles efectos adversos del tratamiento?
En la gran mayoría de los casos es un tratamiento muy bien tolerado, que excepcionalmente da problemas. En cualquier caso hay que vigilar la aparición de los siguientes efectos adversos:
- La hipoglucemia, es decir, bajada del azúcar en sangre
- Disminución de la frecuencia cardíaca o bradicardia.
- Hipotesión
- Broncoespasmo
- Insomnio, ansiedad o alteraciones del sueño.
- Sudoración
Si aparecen, se puede disminuir la dosis o suspender el fármaco de forma transitoria.

¿Cual es la duración del tratamiento?
Por lo general son tratamientos prolongados, aunque depende de la evolución del paciente y la edad de inicio del tratamiento. Por lo general se tratan durante 8-12 meses. En caso de reaparición, se volvería a iniciar el propranolol. En las últimas semanas de tratamiento se suele ir disminuyendo la dosis.
Asímismo es necesario un seguimiento ambulatorio por parte del pediatra, realizando en cada visita un examen físico, revisando frecuencia cardíaca, tensión arterial, y haciendo fotografías para objetivar la mejoría de las lesiones.

25 de julio de 2012

La infección por molusco contagioso

Una de las infecciones cutáneas más frecuentes en la edad pediátrica es la producida por el virus Molluscum contagiosum, que afecta únicamente a piel y mucosas.


¿Cómo se transmite?
Se transmite por contacto directo cutáneo o a través de objetos contaminados. También existen otros factores menos importantes implicados en su transmisión, como son el calor, la humedad, o la higiene inadecuada. Es frecuente la autoinoculación, así como el contagio entre familiares, especialmente entre los niños. En este grupo de edad produce pequeñas epidemias, sobre todo entre los que hacen natación en la misma piscina. El periodo de incubación desde la exposición al virus hasta la aparición de las lesiones en la piel es de unas 2-8 semanas.


¿Cómo son estas lesiones?
Son como unos granitos firmes del color de la piel, blanquecinas o rojas, brillantes, y a menudo umbilicadas (hundidas en el centro). Están centradas por un orificio del que por compresión se expulsa un material blanquecino con multitud de partículas virales. Pueden ser lesiones aisladas o aparecer cientos de ellas, siendo más frecuente la diseminación en niños con  la inmunidad alterada, dermatitis atópica o con otras enfermedades crónicas de la piel. La localización es variable, y aunque pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo es más cuerpo en el tronco y en las extremidades, con predilección por los pliegues (codo, rodilla o axilas) y respetando palmas y plantas. Las lesiones son asintomáticas o pueden picar un poco (sobre todo en caso de dermatitis atópica).

¿Cómo se trata?
Hay múltiples opciones para el tratamiento del molusco. Cada niño tiene que ser valorado de forma individual teniendo en cuenta su edad, número de lesiones y localización.
Entre los tratamientos físicos tenemos el raspado, la crioterapia (tratamiento con frío), la electrocoagulación (destrucción por infrarrojos), el láser de CO2... También existen tratamientos tópicos con cantaridina, imiquimod, hidróxido potásico, ácido acetilsalicíco, retinoides...

La infección en niños con un buen sistema inmunitario sigue un curso autolimitado, es decir, se resuelve sola en un plazo variable que oscila entre los 6 meses y los 4 años. Por este motivo, una de las opciones que debe ofrecerse a los padres es la abstención terapéutica, o sea, no hacer nada y esperar. No debemos olvidar que los tratamientos tópicos que se emplean son agresivos, produciendo inflamación de la piel en mayor o menor grado pudiendo dejar cicatrices, y en algunos niños no son bien tolerados. El raspado puede ser un procedimiento cruento y doloroso, que requiere la colaboración del niño, y en el caso de que sean cientos de lesiones, puede requerirse la sedación.
En cualquier caso es necesario consensuar el tratamiento con los padres o el paciente.


¿Qué hacer si nuestro hijo tiene un molusco?
- Prevenir la autoinoculación. El niño no se debe rascar las zonas lesionadas. Para evitarlo, puede ser de ayuda mantener su piel bien hidratada. Así mismo, hay que evitar que se muerda las uñas sobre todo si hay moluscos en estas. Evitando el rascado, también se evita la posible sobreinfección de las lesiones.
- Evitar el contagio a otras personas: lavarse las manos después de tocar al niño. No compartir material de higiene como toallas, ni material deportivo. No andar descalzo en las piscinas y gimnasios.
- Mantener una buena limpieza de las lesiones. Aplicar cremas hidratantes sobre todo si el niño es atópico o tiene la piel inflamada alrededor del molusco.

24 de julio de 2012

Síndrome de muerte súbita del lactante

¿Qué es?
El síndrome de muerte súbita del lactante es la muerte de un niño menor de un año sano, de forma inesperada mientras duerme, y en la que en la autopsia no consigue hallar ninguna causa que la explique.
Se desconoce la causa que la produce. Aunque sabemos cuales son los factores de riesgo que pueden ayudar a reducir su incidencia.
El la causa más frecuente de muerte en los niños de edad comprendida entre el mes y el año de vida. Aunque es más habitual que ocurra entre los 2 y 4 meses. No hay signos de alarma que puedan predecirlo.


¿Cuales son los factores de riesgo?
- Dormir boca abajo: es uno de los factores más importantes y determinantes. La posición de lado tampoco es segura.
- Niños prematuros y de bajo peso para la edad gestacional.
- Factores genéticos: se ha visto que aumenta la incidencia de muerte súbita del lactante cuando un hermano ha fallecido por esta causa.
- El tabaquismo materno durante el embarazo y tras el nacimiento, se asocia a múltiples enfermedades infantiles, siendo la más dramática el síndrome de muerte súbita del lactante. Por tanto, el embarazo se convierte en el momento ideal para dejar de fumar.
- El sobrecalentamiento y la hipotermia. Además, la posición boca abajo minimiza la pérdida de calor, por lo que la temperatura puede aumentar en exceso.
- El colecho se ha relacionado con este síndrome, sobre todo en casos de alcoholismo, o toma de fármacos sedantes.
- El sexo masculino del bebé.
- Parecen tener mayor riesgo los hijos de madres adolescentes, así como madres solteras o sin pareja estable.



¿Qué hacer para prevenirlo?
En cualquier caso, evitar los factores de riesgo de los que hablamos antes:
- Ponle a dormir boca arriba. La campaña de prevención del síndrome de muerte súbita, que recomendaba poner a dormir a los niños boca arriba, ha supuesto una disminución de la incidencia en un 50%. 
- La lactancia materna se ha visto que es un factor protector, por tanto se anima a todas las madres que inicien este tipo de lactancia y la mantengan el mayor tiempo posible.
- Procurar que el lactante se encuentre en un ambiente libre del humo de tabaco.
- Para dormir el lugar más seguro es la cuna, estando ésta en la misma habitación que la cama de los padres.
- Evitar que la cabeza del niño quede tapada por las ropas de la cama. Asimismo, evitar mantas muy pesadas o sueltas, el uso de almohadas, y la presencia de peluches u objetos blandos en la cuna del niño.Es preferible que sus pies toquen el borde de la cuna para evitar que el niño se "escurra" hacia abajo durante las horas de sueño.
- Es mejor que los colchones donde descanse el bebé sean duros.
- El uso de chupetes parece reducir la incidencia de muerte súbita infantil. Del mismo modo, parece que uso tampoco disminuye la duración de la lactancia materna.
- Mantener la habitación donde duerme el bebé en una temperatura que ronde los 20-22 grados.


Por último, os dejo un video-guía muy interesante sobre este tema elaborado por el servicio de neonatología del hospital la Fe de Valencia, que resume todo lo que es necesario saber sobre esta entidad.


En resumen, es mucho lo que pueden hacer los padres para generar un ambiente que disminuya el riesgo de este suceso tan dramático, pero afortunadamente, poco frecuente en nuestro país.

22 de julio de 2012

El síndrome de Gianotti - Crosti o acropapulosis infantil

El tema de hoy es el llamado síndrome de Gianotti - Crosti, también conocido como acropapulosis papulosa infantil o acrodermatitis papulosa. No es muy frecuente, pero sí suele aparecer en niños de edades comprendidas entre los 3-6 meses y los 12-15 años, aunque donde tiene mayor incidencia es entre los 1 y 6 años.


La causa más frecuente en nuestro medio es el virus de Epstein Barr, aunque hay otros agentes que también pueden estar implicados: el virus de la hepatitis B, el citomegalovirus, adenovirus, virus respiratorio sincitial

Se trata de un exantema que suele ser de color rojizo (eritematoso), con zonas sobreelevadas como granitos (pápulas) y simétrico, que aparece sobre todo en las zonas de extensión de las extremidades: en dorso de manos y pies, rodillas, nalgas, codos... y en la cara. También puede aparecer en palmas y plantas e incluso puede acompañarse de un exantema transitorio en el tronco.
Suele ser un brote único que no se repite. Se desarrolla en 4-5 días y tiende a desaparecer progresivamente en el curso de 3 o 4 semanas, aunque hay casos en que puede extenderse hasta los 2 meses. No suele picar, aunque en ocasiones sí lo hace.
No suele afectar al estado general del niño, aunque a veces sí puede presentar fiebre, falta de apetito, cansancio, malestar o infección de vías respiratorias en días previos.


No hacen falta pruebas complementarias para llegar al diagnóstico, que se hace sobre todo por la clínica. Sin embargo es importante realizar serologías para descatar infecciones potencialmente importanates, como puede ser el virus de Epstein Barr o el virus de la hepatitis B.

No existe un tratamiento específico para este cuadro. En algunos casos de intenso picor suelen darse antihistamínicos o lociones de calamina.

La varicela

La varicela es una enfermedad infecciosa producida por el virus herpes zoster. Se puede ver en cualquier época del año, aunque es algo más frecuente en invierno y primavera.

¿Cuales son los síntomas?
La varicela da lugar a una erupción característica, que cursa con pequeños granitos que poco a poco se convierten en vesículas y ampollas en la piel y mucosas. Suele empezar en cuero cabelludo, cara y tronco, extendiéndose después por todo el cuerpo. Pica mucho y en 4-5 días se convierten en costras. Durante los primeros días aparecen varias oleadas de vesículas, por lo que pueden verse a la vez vesículas y costras, dando la característica imagen "en cielo estrellado". El cuadro puede acompañarse de fiebre durante los primeros 3-4 días. Otros síntomas que pueden aparecer son: dolor de cabeza, malestar general, pérdida de apetito o vómitos.

La varicela es un cuadro muy contagioso, y una de las enfermedades que más fácilmente se transmiten, siendo la probabilidad de contagio entre los miembros de la familia y entre los escolares de aproximadamente el 90%. Se contagia por contacto directo con las lesiones de la piel o bien mediante las gotitas de saliva que se expulsan con los estornudos o la tos. El periodo de incubación desde que el niño entra en contacto con el virus hasta que aparecen los primeros síntomas varía de 9 a 21 días. Un niño empieza a ser contagioso dos días antes de que aparezca la erupción, y deja de serlo cuando todas las heridas están en fase de costra, lo cual suele suceder 6-7 días después del inicio del cuadro.

¿Qué se puede hacer en casa?
- La varicela no precisa ningún otro tratamiento más que el sintomáticoSi el niño tiene fiebre, se pueden usar los fármacos antitérmicos habituales: el mejor, el paracetamol. Nunca se debe usar aspirina (ácido acetilsalicílico) por el riesgo de complicarse la enfermedad con el llamado síndrome de Reye. El ibuprofeno también es mejor evitarlo, por su relación con el aumento del riesgo de infección invasora por streptococo del grupo A. Para el picor se suelen usar antihistamínicos como el Atarax.
- Bañar al niño todos los días con un jabón suave para evitar que las heridas se sobreinfecten. No hay problema por bañar al niño, no empeora la erupción, ni la extiende. A la hora de secarlo, no frotar.
- Mantener las uñas cortas y limpias, para que cuando se rasque no se infecten las heridas.
- Es conveniente asimismo evitar la exposición solar hasta que las lesiones hayan desaparecido por completo, dado que el sol favorece la aparición de manchas oscuras durante el proceso de cicatrización.


¿Qué complicaciones tiene?
Lo normal es que la varicela cure por si sola en unos días, siendo una enfermedad benigna, sobre todo en los niños. No obstante algunas veces aparecen complicaciones, como la neumonía varicelosa, la ataxia cerebelosa (pérdida de equilibrio y descoordinación), así como la sobreinfección de las lesiones de la piel (lo más frecuente).
Una vez que se cura genera una inmunidad permanente, de modo que es muy raro volver a padecerla (recuerdo un niño ayer en urgencias que la había pasado dos veces, una de ellas debido a una cepa de herpes zoster procedente de Rumanía, curioso!).
Después de pasar la enfermedad el virus no se elimina por completo de nuestro cuerpo, si no que queda acantonado en las células nerviosas. Es por ello que es común que tras algunos años el virus se reactive y aparezca el herpes zoster.


¿Cuando llevar el niño a urgencias?
- Cuando tenga alguna enfermedad que le baje las defensas (leucemia, sida) o esté a tratamiento con corticoides orales o inhalados.
- Si el niño tiene dermatitis atópica.
- Si es mejor de 3 meses o mayor de 12 años.
- Si el estado general del niño empeora, está muy somnoliento y te cuesta despertarle, está muy irritable o decaído.
- Si el niño tiene mucha tos o dificultad para respirar.
- Si la fiebre vuelve a subir después de que hayan pasado 24 horas sin ella.
- Si la fiebre persiste alta más de 4 días.
- Si aparece tumefacción o hinchazón en alguna parte de la piel.

20 de julio de 2012

La importancia de la lactancia materna

Todos sabemos que para un recién nacido y un lactante, no hay nada mejor que la leche materna. En este post quiero remarcar su importancia, sobre todo para que aquellas mamás que duden entre dar / continuar con la lactancia materna o empezar con la artificial. Es importante estar bien informado antes de tomar esta decisión, sobre todo cuando atañe a la salud de nuestro bebé. Y es que el lactante no amamantado deja de obtener numerosos beneficios y están expuestos a un mayor riesgo de morbimortalidad. En este post enumeraremos cuales son los riesgos y perjuicios de la alimentación con sucedáneos para el lactante.


A corto plazo destacan:
1. Peor adaptación gastrointestinal
La alimentación con lactancia artificial provoca un tránsito intestinal más lento, así como una eliminión del meconio (así se llama la primera deposición del primer recién nacido) más lenta. Así mismo favorece el paso de antígenos y bacterias a la circulación sistémica los primeros días de vida, haciendo que sean más susceptibles a las intolerancias alimentarias, al cólico del lactante, al estreñimiento, al reflujo gastroesofágico y la hernia inguinal.
2. Aumento de la incidencia y duración de procesos infecciosos: gastrointestinales, con mayor riesgo de diarrea; respiratorias, que son más frecuentes y graves; mayor riesgo de otitis media aguda, de infección urinaria, sepsis, meningitis...
3. Mayor riesgo de muerte súbita del lactante
4. Aumento de la mortalidad postneonatal
5. Mayores tasas de hospitalización




A medio y largo plazo destacan;
1. Dificultades digestivas o de alimentación: el sabor del sucedáneo no se modifica; sin embargo, la leche de la madre traslada los aromas y sabores de la dieta materna al bebé amantado. Por eso, la administración de lactancia artificial puede dificultar la adaptación a la alimentación complementaria.
2. Peor desarrollo neurológico: se ha vinculado la lactancia artificial con peor desarrollo psicomotor, menor coeficiente intelectual, aumento del riesgo de trastornos del lenguaje, peor agudeza visual, menor maduración neurológica al año de vida, calidad subóptima de movimientos generales en la edad escolar con peores resultados escolares...
3. Obesidad: los lactantes no amamantados presentan un incremento del 20% en el riesgo de sobrepeso y un 25% en el de obesidad cuando se comparan con los amamantados.
4. Cáncer: incremento en el riesgo de cáncer infantil en los lactantes no amamantados.
5. Enfermedades autoinmunes: si disminuye el tiempo de amamantamiento se incrementa el riesgo de enfermedad celíaca. Aumento del riego de enfermedad inflamatoria intestinal (enfermedad de Chron, colitis ulcerosa), de artritis reumatoide juvenil, enfermedad tiroidea autoinmune, y diabetes mellitus I y II.
6. Enfermedades alérgicas: los lactantes no amamantados tienen un mayor riesgo de dermatitis atópica, de sibilancias recurrentes y de asma, rinitis alérgica, alergia a alimentos, síntomas respiratorios tras exposición a pólenes o pelo de animales...
7. Peor vínculo afectivo y mayor riesgo de maltrato infantil: el contacto estrecho con la madre durante el amantamiento entre otros factores, favorecen sentimientos de bienestar, reducen el estrés y ayudan a establcer un vínculo afectivo entre madre e hijo.


Como véis, retirar la lactancia materna a un niño por una causa no justificada, supone exponer al lactante a un aumento de riesgo de enfermedades a corto, medio y largo plazo. La mejor opción por tanto será siempre, y si no hay contraindicaciones, la lactancia materna.

17 de julio de 2012

Mi niño tiene la cabeza achatada: Plagiocefalia postural

La plagiocefalia postural es una deformidad de la cabeza del bebé que se va produciendo después del nacimiento y es secundaria a la posición del lactante boca arriba en la mima posición durante muchas horas. Esto se produce porque los huesos de los niños a estas edades son mucho más blanditos. La recomendación de que el bebé duerma boca arriba para prevenir la muerte súbita del lactante ha ocasionado que esta situación se vuelva más frecuente.
La instauración de la deformidad es silente en el tiempo. Al principio es una lateralización ocasional de la cabeza y una postura preferente al dormir. Posteriormente se convierte en una postura mantenida con instauración de la plagiocefalia.


¿Qué hacer para prevenir la plagiocefalia postural?
  • A la hora de dormir, alternaremos el punto de apoyo de la cabecita del bebé, lado izquierdo y lado derecho. De este modo el recién nacido no puede establecer preferencias por ninguna posición.
  • Durante el día, también debemos cambiar la posición de la cabeza con frecuencia: después de cada toma, por ejemplo, cambiarle la cabecita de lado; o cuando lo cogemos en brazos, ir alternando el lado del que lo hacemos.
  • Colocar los juguetes o llamar la atención del niño a uno u otro lado de la cuna, la sillita o el coche de paseo.
  • También se puede cambiar diariamente la orientación del lactante con respecto a la cama de sus padres: un día la cabeza del niño a la cabecera de la cuna y otro día a los pies.
  • Promover la postura boca abajo cuando el niño esté despierto. Por ejemplo, se puede colocar al niño sobre el pecho de la madre o el padre o sobre una superficie cómoda durante el tiempo de juego vigilado. Con ésto, prevenimos las deformidades craneales y además reforzamos la musculatura cervical del bebé.


¿Cual es el tratamiento de la plagiocefalia postural?

En general la mayoría de los lactantes mejoran en 2-3 meses si se llevan a cabo las medidas terapéuticas de las que hablaremos a continuación.

  • Deberemos acostar al niño sobre la parte redondeada de la cabeza, y mantenerla en esa posición el mayor tiempo posible.
  • Se debe cambiar la posición de la cuna de manera que el niño tenga que rotar la cabeza hacia el lado contrario de la parte aplanada de la cabeza cuando intente mirar a sus padres.
  • En las sillas de trasporte, se deben colocar almohadillas para evitar la lateralización de la cabeza.
  • Poner al niño cabeza abajo mientras esté despierto, favoreciendo que mueva la cabeza al lado que nos interesa, mostrándole juguetes, acercándole objetos musicales o con colores llamativos, o hablándole.
  • Llevar al niño al fisioterapeuta puede ser una buena opción, ya que además puede enseñar a los padres ejercicios para que realicen ellos mismos en casa.
  • Debemos descartar que el problema del niño sea una tortícolis, que se asocia en algunas ocasiones a la plagiocefalia. En este caso el bebé mantiene la postura en la que no le duele el cuello, por eso siempre descansan sobre el mismo lado. En este caso habrá que realizar masajes y ejercicios de estiramiento del cuello 3-5 veces al día. 
  • En algunos casos puede llegar a ser necesario el uso de cascos ortopédicos. Estos casos son moldes que se colocan a los niños para contrarrestrar la presión y el aplastamiento que ha sufrido un lado de la cabeza.
En cualquier caso el diagnóstico y tratamiento precoz de la plagiocefalia es importante, ya que cuanto antes tratemos esta situación, más posibilidades de éxito tendremos.

8 de julio de 2012

Curioso: el llanto de los bebés es diferente según el país en el que nazca

Hace un par de días leí una noticia que no me dejó indiferente. Si bien se pensaba que un niño hasta que no comenzaba a hablar no adquiría este tipo de hábitos, un nuevo estudio del 2009 da la vuelta a esta creencia. Se analizó el llanto de un grupo de bebés alemanes y otro grupo de bebés franceses. El resultado fue que observó un diferencia a nivel de la entonación al igual que hacen los adultos: los recién nacidos franceses seguían la misma curva que la que describen los francófonos en sus frases, ya que estos tienden a agudizar el final de sus frases y palabras; de igual manera ocurría con los niños alemanes, que al igual que los germanohablantes, suelen acabar en una frecuencia más grave.


La conclusión de este estudio puede ser la siguiente: los fetos se van acostumbrando a las palabras y sonidos del exterior cuando todavían están en el viendre de su madre, de modo que cuando nacen son más proclives a aprender el idioma que oyeron antes a uno diferente.
Lo dicho: curioso, ¿verdad?


2 de julio de 2012

Cuando al niño le duele el oído: otitis media aguda

La otitis media aguda (de aquí en adelante: OMA) es una inflamación de la mucosa del oído medio. Constituye una de las enfermedades más frecuentes en los niños. Antes del primer año de vida el 60% de los niños han padecido algún episodio de OMA y antes de los 5 años el 90%. Es más frecuente entre los 6-12 meses, seguido de los 12-24 meses y poco frecuente por encima de los 4 años.

La causa de las otitis media son bacterias, como el estreptococo o el Haemophilus influenzae. Se discute si los virus pueden ocasionar OMAs por si solos o si solamente influyen como agente favorecedor.
Constituyen factores predisponentes: la edad menor de 2 años, el sexo masculino, la asistencia a la guardería, la edad temprana del primer episodio (las recaídas son más frecuentes si el primer episodio ocurre antes de los 6 meeses), las infecciones respiratorias superiores, antecedentes familiares, convivientes fumadores y lactancia artificial en los primeros meses de vida, sobre todo si toman el biberón tumbados y no semiincorporados.



El síntoma más específico es el dolor de oído u otalgia (dicho finamente), generalmente de instauración brusca y nocturna. En el lactante y en el niño pequeño se puede manifestar como un despertar brusco y llanto desconsolado varias horas después de un sueño profundo o irritabilidad diurna injustificada y prolongada. A veces los niños se llevan la mano oído. La otorrea o supuración del oído brusca precedida o no de dolor es otro síntoma también muy específico.
Una secuencia de hechos muy frecuente es la siguiente: el niño se acatarra, presentando abundanete mucosidad nasal y al cabo de unos días se queja de dolor de oído
A la exploración con el otoscopio se ve un tímpano enrojecido o abombado por presencia de exudado en la cavidad media del oído u otorrea.



El tratamiento de elección en caso de OMA es la analgesia pautada en todos los casos, con paracetamol o ibuprofeno. La antibioterapia es más controvertida, ya que es una enfermedad con un elevado porcentaje de curación espontánea. En caso de ser necesario antibiótico, suele ser de elección la amoxicilina o la amoxicilina-clavulánico.
Hay que tener en cuenta que la OMA es una de las causas más frecuentes de prescripción antibiótica en niños. No es necesaria en todos los casos. Sólo en los niños más pequeños, si no mejora en dos o tres días, o en caso de sintomatología más grave. El hecho de sobretratar esta enfermedad sólo provoca mayor resistencia de las bacterias a los antibióticos.


¿Es grave la otitis media aguda? En los países desarrollados, donde los niños tienen un estado nutricional adecuado, es una enfermedad por lo general leve, y como habíamos comentado, con un porcentaje de curación espontánea alto, sin necesidad de tomar antibiótico.
Algunas complicaciones que hace décadas eran más frecuentes, como la mastoiditis, son hoy por hoy poco frecuentes en niños sanos y sin ninguna predisposición crónica a presentar este tipo de patologia.

Si tu hijo tiene una otitis media, aquí van algunas recomendaciones:
- Si el oído ha supurado, es conveniente que no le entre agua en el oído. Baña con cuidado al niño, sin mojarle la cabeza.
- haz lavados nasales frecuentes con suero fisiológico, para facilitar la aireación del oído medio.
- Es normal que el niño no tenga apetito. No le fuerces a comer.
- Si el niño continúa con dolor de oído tras 48-72 horas es conveniente que sea revisado de nuevo por su pediatra.
- Es conveniente acudir al servicio de urgencias en caso de que el niño se encuentre más somnoliento, decaído o irritable. Si se queja de dolor de cabeza intenso o vomita varias veces. También si le aparece detrás de la oreja un área enrojecida, inflamada, dolorosa, que empuja el pabellón auricular hacia delante.

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