26 de marzo de 2013

Cuidados del recién nacido en sus primeros días de vida

Una vez que a la mamá y al niño le dan el alta en Tocología, siempre surgen algunas dudas sobre los cuidados del recién nacido. En la entrada de hoy hago una recopilación de los aspectos más importantes que debemos tener en cuenta en cuanto a los cuidados del neonato.

Alimentación
Se aconseja la lactancia materna como el alimento más adecuado para el bebé, debido a que tiene  múltiples beneficios para la madre y para el niño.
La Organización Mundial para la Salud (OMS), UNICEF  o el Comité de Lactancia Materna de la Asociación española de pediatría (AEP) recomienda la lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses de vida y conjuntamente con otros alimentos, hasta la edad de dos años o más.



Higiene del recién nacido
Es importante lavarse las manos siempre antes de atender al bebé.
La ducha/baño del reién nacido no es necesario que sea diaria, pero si lo es la limpieza de los pliegues cutáneos y de los genitales. Se puede duchar al bebé aunque no se le haya caído el cordón umbilical, pero si se desea bañarlo en bañera se ha de procurar que el nivel del agua no llegue a la altura del ombligo. Se debe realizar un baño rápido de pocos segundos y secar bien la zona.
Los genitales necesitan aseo frecuente con agua y jabón (en las niñas se debe realizar la limpieza de delante hacia atrás). Es necesario cambiar los pañales con frecuencia y no dejarlos sucios o húmeros mucho tiempo, ya que pueden irritar la piel.


Los recién nacidos son muy sensibles a la pérdida de calor, es necesario evitar las corrientes de aire a la hora del baño y no desnudar al bebé hasta el último momento.
Nunca se debe dejar al recién nacido sólo en la bañera ni en el vestidor. Es necesario preparar todo lo que necesario antes de empezar: bañera con agua tibia (36-37ºC), zona para vestirlo, gel neutro no perfumado, esponja individual suave, toalla, pañal, crema hidratante no perfumada, ropa limpia mejor de algodón y fácil de poner y quitar, y gasas estériles para la cura del cordón.
A la hora del baño, lo pimero es desnudar al bebé y retirar el pañal envolviendo con él las heces si las hubiera. Sujetarlo con la mano de forma segura por debajo de la axula; la cabeza, el cuello y los hombros deben reposar sobre su brazo. Luego se sienta al bebé en la bañera y se realiza el baño comenzando por las zonas más limpias, cara, cabeza, tronco, extremidades, cordón umbilicial y por último la zona genital. Se aclara bien retirando todo el jabón. Después se seca con suavidad prestando especial atención al área del ombligo y pliegues del cuello, axilas e ingles.

Cuidados del cordón umbilical
El cordón se caerá sólo entre los 10 y 15 días de vida. Las soluciones con yodo, como el betadine, están prohibidas, porque se absorbe por la piel del bebé y puede asociarse a ciertos problemas. En caso de precisar algún antiséptico, se debe utilizar clorhexidrina al 0.04%.
La cura del cordón se realiza lavándolo con agua y jabón neutro una vez al día y siempre que se manche de orina o heces. Con una gasa estéril, se seca suavemente la base del ombligo, el cordón y la pinza y se coloca otra gasa procurando que quede floja (el aire favorece el secado).


Micción / deposición
El bebé suele orinar de 3 a 6 veces al día. Las micciones son un índice de hidratación. La escasez de micciones sugiere una ingesta insuficiente de leche.
El número de deposiciones diarias es muy variable (desde 8 al día, hasta 1 cada 2 o 3 días). Puede hacer una deposición con cada toma.
No nos debemos asustar si mancha el pañal con una sustancia de color rojo-anarajando. No es sangre, son uratos que se eliminan por la orina. Son absolutamente normales y dejará de verse en días posteriores.
En las niñas puede observarse un pequeño sangrado vaginal (como una pequeña menstruacción) esto es debido a las hormonas transferidas por la madre. No es motivo de preocupación.



13 de marzo de 2013

La ictericia en el recién nacido

Cuando hablamos de ictericia hablamos de un nivel alto de bilirrubina en la sangre que da lugar a una coloración amarilla de la piel. La bilirrubina es el producto resultante de la descomposición normal de los glóbulos rojos. Normalmente la bilirrubina se procesa en el hígado y se excreta en forma de bilis a través del intestino.
La ictericia suele aparecer alrededor del segundo o tercer día de vida. Comienza por la cabeza, desde donde se va extendiendo al resto del cuerpo en sentido descendente. La piel del bebé se ve amarillenta, apareciendo esta coloración primero en la cara, luego en el pecho y abdomen y, por último, en las piernas.


En los recién nacidos la ictericia puede considerarse normal (fisiológica) si se mantiene dentro de ciertos límites y no dura más de unos pocos días o semanas. Se produce sobre todo por inmadurez del hígado y lógicamente es más frecuente por tanto en prematuros.
Lo más habitual es que el tono amarillento aparezca a partir del segundo día de vida y que el bebé sea dado de alta de la maternidad con la simple recomendación de que sea controlado por su pediatra de atención primaria.
En algunos niños alimentados al pecho, la ictericia puede prolongarse algunos días más de lo habitual, sin que esto suponga ningún problema ni sea porque la leche materna le siente mal. La ictericia no es contraindicación para la lactancia materna.


Hay otras situaciones en las que la ictericia puede ser producida por una enfermedad, como es el caso de la incompatibilidad de grupo sanguíneo o de factor Rh. Si un bebé tiene un grupo sanguíneo distinto al de su madre, es posible que esta produzca anticuerpos que destruyan los glóbulos rojos del recién nacido. En estos casos, la coloración amarilla de la piel aparece en las primeras 24 horas de vida.
La ictericia neonatal, salvo casos excepcionales, no deja secuelas y no se relaciona con enfermedades posteriores del hígado ni de otro tipo.
Si tu recién nacido tiene la piel amarillenta, debes acudir al pediatra para saber si presenta una ictericia clínicamente importante. En la consulta del pediatra es posible que le extraigan una pequeña cantidad de sangre para determinar la concentración de bilirrubina en sangre. También se puede utilizar un medidor transcutáneo, sin necesidad de pinchar al recién nacido.


Si la ictericia es leve o moderada, cuando el bebé tenga entre una y dos semanas de vida empezará a regular por sí solo el exceso de bilirrubina en sangre sin necesidad de tratamiento. Puede ser beneficioso amamantar más frecuentemente al bebé o darle biberones suplementarios de leche artificial. Cuando la ictericia es importante o no remite, puede ser necesario la fototerapia, que consiste en exponer al niño a la luz de unos focos especiales, de modo que ayude al organismo a eliminar ese exceso de bilirrubina. En contadas ocasiones, cuando la hiperbilirrubinemia es más acusada o hay anemia importante por la destrucción masiva de los glóbulos rojos (por ejemplo, en hemólisis por incompatibilidades sanguíneas), es necesario hacer un recambio de la sangre con una técnica especial conocida como exanguinotransfusión. En determinadas circunstancias se puede emplear fenobarbital (mejorar la excreción de bilirrubina) o gammaglobulina intravenosas (en isoinmunizaciones Rh).
A nivel preventivo, a todas las madres Rh negativo tras parto de un recién nacido Rh positivo, aborto o embarazo ectópico se les debe administrar gammaglobulina anti-D para "bloquear" los anticuerpos que la madre pudiera generar de cara a posteriores gestaciones.
Con esta medida y los protocolos utilizados para el tratamiento de la hiperbilirrubinemia, las antaño temidas complicaciones neurológicas (kernicterus) son hoy una situación excepcional.

10 de marzo de 2013

¿Qué es la atresia biliar extrahepática?

¿Qué es?
Es un proceso inflamatorio que cursa con fibrosis y obliteración progresiva de la vía biliar extrahepática, así como lesión del parénquima hepático y de la vía biliar intrahepática.
Evoluciona hacia cirrosis precoz y ocasiona el fallecimiento antes de los 3 años de vida.
Es la causa más frecuente de colestasis crónica en la infancia y la indicación más frecuente de trasplante hepático en niños.

¿Cual es su causa?
Es desconocida. No es hereditaria. Hay dos formas clínicas de atresia biliar extrahepática. Por un lado está la forma embrionaria o sindrómica que asocia otras anomalías (múltiples bazos, situs inversus, malrotación intestinal, anomalías cardiológicas y vasculares...) y por otro lado está la forma perinatal o adquirida, que se produce por una agresión al epitelio biliar (viral o no) que da lugar a una respuesta inmune con desarrollo progresivo de inflamación y fibrosis de la vía biliar extrahepática, del parénquima hepático y de la vía biliar intrahepática. Esta última es la forma más frecuente de presentación.


¿Cuales son sus síntomas?
Característicamente se trata de un recién nacido a término de peso y aspecto normal que desarrolla ictericia (color amarillento de piel y mucosas) con hipocolia (disminución de la coloración de las heces) de inicio entre las 2 y 6 semanas de vida, con aumento del tamaño del hígado y posterior aumento del tamaño del bazo, y con buen estado general.
Suele existir una fase inicial en la que las deposiciones todavía tienen color antes de la obliteración completa de la vía biliar. En la evolución posterior, a partir de los 2-3 meses, van apareciendo signos de hipertensión portal como esplenomegalia y circulación colateral visible. Progresivamente se va deteriorando el estado del niño a medida que se desarrolla cirrosis e insuficiencia hepática.

¿Cómo se diagnostica?
En la analítica vemos signos de colestasis (aumento de bilirrubina total y directa, GGT aumentada), elevación moderada de las transaminasas y sin alteraciones en la coagulación.
Debe considerarse siempre el diagnóstico de atresia biliar extrahepática en niños con acolia y hepatomegalia en recién nacido con ictericia.
Para apoyar al diagnóstico se hace una gammagrafía hepática (HIDA) previa administración de fenobarbital en donde vemos ausencia de excreción intestinal, y una biopsia hepática donde vemos colestasis, proliferación ductal y fibrosis portal).




¿Cómo se trata?
El tratamiento médico se basa en la utilización de medicamentos favorecedores del flujo biliar, como el fenobarbital o el ácido ursodeoxicólico), vitaminas liposolubles y extractos pancreáticos.
El tratamiento definitivo es el quirúrgico, mediante una cirugía llamada portoenteroanastomosis de Kasai, y en última instancia el trasplante hepático.

¿Cual es la supervivencia?
La supervivencia actual de esta enfermedad es del 90%. EL 80% de estos niños requerirán trasplante hepático a lo largo de su evolución y el 50% lo necesitará antes de los 2 años de edad.
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