La enfermedad mano boca pie es una infección común y benigna causada por un grupo de virus llamados enterovirus, dentro de los cuales es más frecuente es el Coxsakie A16. Estos virus circulan durante todo el año, pero son algo más habituales en verano y comienzo del otoño. Aunque puede afectar a cualquier edad (incluso en adultos) es más habitual en menores de 5 años.
¿Cuáles son los síntomas?
Suele iniciarse con fiebre, que puede llegar incluso a 39ºC , y que suele durar 1-2 días, acompañado de un cuadro catarral leve. Lo más característico es la aparición posterior de pequeñas vesículas en manos y pies, sobre todo en el dorso, pero que también puede afectar a palmas y plantas. Pueden aparecer también manchitas en la cara y sobre todo alrededor de la boca, así como dentro de la cavidad oral (mucosa bucal, paladar, encías, úvula y faringe), que suelen ser bastante dolorosas. Pueden aparecer también en otras localizaciones, como en nalgas y los brazos.Las lesiones de la piel suelen desaparecen a los 5-10 días sin dejar cicatrices.
Es habitual la disminución del apetito debido a las molestias de la boca, y malestar general.
El periodo de incubación suele ser entre 3-6 días, tras el contacto con la persona afectada.
¿Cómo se contagia?
Se contagia persona a persona a través de contacto directo: boca, saliva, secreciones de la nariz o las gotitas que se producen al estornudar, hablar o toser. También a través del líquido de las vesículas o a través de las heces. El virus también puede vivir en objetos que el niño toca, como pañuelos, ropa, toallas, sábanas...
¿Pueden aparecer complicaciones?
Las complicaciones no son habituales, y suele tratarse de una enfermedad benigna. La mayoría de los niños afectados se recupera en 7-10 días sin necesidad de un tratamiento específico.
¿Qué hacer en casa?
El tratamiento será sintomático, ya que la enfermedad se resuelve por sí sola. Si aparece fiebre que se acompañe de malestar o dolor, podemos administrar paracetamol o ibuprofeno. Es conveniente evitar el uso de aspirina.
Nos podremos de ayudar de geles orales para aliviar las molestias relacionadas con las molestias de las úlceras que aparecen en boca, encías y lengua.
Es muy importante mantener al niño bien hidratado, ofreciéndole líquidos de forma frecuente. Es habitual que el niño rechace el alimento debido a las molestias y el dolor de la boca y al tragar. Elegiremos alimentos blandos (papillas, purés, cremas...) o alimentos o bebidas frías. Evitaremos alimentos salados, picantes, ácidos o muy calientes, ya que pueden empeorar la sintomatología.
¿Cuándo consultar al pediatra?
El pediatra es el que no dará el diagnóstico, ya que este se lleva a cabo por los síntomas del niño, y las lesiones de la piel tan características. No es necesario ninguna prueba más. Posteriormente debemos consultar si:
- El niño no quiere comer ni beber, por riesgo de hipoglucemia o deshidratación.
- El cuadro dura más de 10 días.
- Si presenta orina oscura o en menor cantidad.
- Si el niño está muy irritable, decaído o tiene dolor de cuello.
¿Puede ir el niño a la guardería?
El periodo de contagio se produce sobre todo al inicio de la enfermedad, por lo que no hay acuerdo sobre la necesidad de aislamiento. Los niños pueden propagar el virus incluso antes de empezar a tener síntomas, y puede eliminarse a través de las heces semanas después de que estos desaparezcan. En general, si el niño se encuentra bien, está sin fiebre, no tiene lesiones vesiculosas abiertas (están ya secas) y come y bebe con normalidad, podría ir al colegio sin problema.
¿Cómo se puede prevenir el contagio?
- Lavados frecuentes de manos, es la medida más importante: sobre todo con el cambio de pañal, y antes de manipular alimentos o preparar el biberón. - Evitar entrar en contacto con otros niños enfermos (evitar besar, abrazar), compartir alimentos, bebidas, vasos, cubiertos...
- Limpiar, enjuagar y desinfectar juguetes o superficies que hayan estado en contacto con el niño.
¿Puede volver a contraerse la enfermedad?
Sí. Un niño puede contagiarse de la infección varias veces con el mismo tipo de virus (no se produce inmunidad permanente) o virus diferentes que causan esta enfermedad.
¡Oh, dios mío! ¡Se le están cayendo las uñas!
Es muy habitual que tras 4-5 semanas tras la infección, ocurra un despegamiento y caída de las uñas de las manos o de los pies, completamente indolora. No pasa nada, y no hay motivo por el que preocuparse. Las uñas volverán a crecer con normalidad.
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