14 de febrero de 2019

Las bronquiolitis

Las bronquiolitis nos traen de cabeza tanto a pediatras como a padres. En invierno son una de las patologías que más vemos en bebés en la consulta, y además son motivo frecuente de ingreso hospitalario durante el invierno .


¿Qué son las bronquiolitis?
Se llama así al primer episodio de infección respiratoria que afecta a vía pequeña de un niño menor a 2 años. La parte del sistema respiratorio que se afecta son los bronquiolos, que se inflaman y se llenan de moco. Esto hace que se produzca una obstrucción a la entrada de aire, y da lugar a los "pitidos" o sibilancias que escuchamos con el fonendoscopio, y que incluso los padres podéis escuchar si acercáis el oído al pecho de vuestros hijos.
Son infecciones producidas por virus, siendo el agente causal más frecuente el virus respiratorio sincitial (VRS). Otros virus son el de la gripe, el rinovirus, el adenovirus o el parainfluenza.
En adultos o niños más mayores la misma infección suele cursar como un cuadro catarral sin mayores complicaciones, pero los niños pequeños al tener unas vías respiratorias más pequeñas, se obstruyen con más facilidad.
Es una enfermedad muy habitual, ya que 1 de cada 3 niños la padecen. Es especialmente frecuente entre los 2 y 6 meses de edad.

¿Qué síntomas produce?
Inicialmente parece un cuadro catarral, aparece moco nasal, tos leve y a veces fiebre.  Progresivamente la tos empeora y puede aparecer dificultad respiratoria, que podemos diferenciar de la respiración normal porque al niño se le marcan las costillas al respirar, o respira "levantando" el abdomen. Esto es debido a la incapacidad de los pulmones para llenarse con normalidad, que se ayudan de los músculos intercostales y abdominales para conseguirlo. Además la respiración se vuelve más rápida y agitada. Muchas veces también rechazan las tomas debido a la fatiga.
En general las bronquiolitis tienen una duración de unos 7-10 días, pero la tos puede durar incluso un mes.
Suelen ser más graves en los bebés más pequeños, en los prematuros, y en casos de inmunodeficiencia, enfermedad respiratoria de base o cardiopatía congénita.

¿Cómo se diagnostica?
No hay ninguna prueba para diagnosticar la bronquiolitis. No hace falta ninguna prueba complementaria de tipo radiológico ni analítico. El diagnóstico nos lo dará la auscultación. Existen algunas pruebas microbiológicas que se hacen en el moco nasal que nos ayudarán a determinar el agente causal.


¿Cómo se trata?
Lamentablemente a día de hoy no hay ninguna medicina o fármaco eficaz para combatir esta infección. La bronquiolitis debemos pasarla, y el tratamiento estará dirigido a aliviar los síntomas.
En las bronquiolitis serán fundamentales medidas de soporte y cuidados generales:
  • Hacer lavados nasales con suero salino fisiológico si hay mucha congestión nasal, sobre todo antes de las tomas y antes de dormir. 
  • Mantener al niño bien hidratado, ofreciendo líquidos (agua o leche) de forma frecuente. Suelen tolerar mejor tomas más pequeñas pero más frecuentes. 
  • Posición semiincorporada, unos 30 grados, esto les ayuda a respirar mejor. 
  • Si tiene fiebre se pueden dar antitérmicos si es necesario. Puedes revisar el tratamiento de la fiebre aquí
  • En cuanto al empleo de fármacos, si revisamos la literatura científica resulta bastante desalentadora. El uso de broncodilatadores como el salbutamol (Ventolin) o los corticoides orales no está demostrado que mejore su evolución. Sin embargo, si vuestros hijos han tenido algún episodio de bronquiolitis sabréis que muchas veces estos se usan. Su uso debe ser individualizado, ya que algunos niños sí que mejoran con ellos. 
  • Los jarabes mucolíticos o antitusígenos no están indicados y pueden ser perjudiciales.
  • Los antibióticos son solamente útiles en caso de infección bacteriana, por lo que en este caso no juegan ningún papel, ya que son infecciones producidas por virus.

¿Cuáles son los signos de alarma?
  • Dificultad respiratoria: respiración muy agitada o rápida, las costillas se marcan, se hunde el cuello, se mueve mucho el abdomen... en los bebés más pequeños, esta dificultad respiratoria puede no ser tan evidente, y pueden aparecer apneas (cese de la respiración durante unos segundos).
  • Color azulado alrededor de los labios o uñas. 
  • Rechazo de la alimentación: es normal que coman menos de lo habitual durante el proceso, pero si come menos de la mitad de lo habitual, es aconsejable acudir al pediatra. 
  • Mal estado general, decaimiento, somnolencia. 

¿Cómo se puede prevenir?
Una vez tenemos tos y mocos no hay forma de evitar que desencadene en una bronquiolitis si esto iba a ocurrir. Así que eso de "dame algún medicamento para evitar que vaya a más" no sirve de nada. Ningún fármaco evita esta progresión. Lo que sí es cierto es que hay varios factores que podemos controlar como son:
  • Lavado de manos frecuente.
  • Evitar contacto con personas enfermas. Para un adulto la infección puede ser un simple resfriado común, pero en el lactante, sobre todo en los más pequeños, la enfermedad puede ser mucho peor.
  • Evitar la exposición al tabaco. Ya que el humo del tabaco empeora la evolución de las bronquiolitis, así como de otros cuadros de bronquitis de repetición como en caso de asma. Así que ya sabéis, no fumar en casa.
  • Promover la lactancia materna, ya que es un factor protector contra esta enfermedad.

Si ha tenido una bronquiolitis, ¿significa que será asmático?
Los niños que han tenido una bronquiolitis tienen más riesgo sufrir episodios similares, es decir, tener episodios de tos con pitos en el pecho y/o dificultad respiratoria asociados a catarros o infecciones respiratorias. Y aunque en la práctica muchas veces se llaman "bronquiolitis" a los distintos episodios, técnicamente se denomina de esta manera al primer episodio. Los siguientes episodios se denominan "sibilancias recurrentes del lactante", "hiperreactividad bronquial" o "bronquitis". Suele pasar los primeros 3-4 años de vida, sin que esto signifique que serán asmáticos. Sí que es cierto que hay un grupo de niños, genéticamente predispuestos, que podrían desarrollar asma posteriormente.
Si las crisis son muy repetidas, a veces se puede prescribir medicación que ayuda a prevenirlas, de modo que aunque no previene las recaídas al 100%, puede espaciarlas y/o hacerlas menos graves.

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1 comentario:

  1. Muy interesante. Desde los 2 meses y medio que ingresaron a mi peque llevábamos padiendola. Con corticoides cuando estábamos peor y la verdad que la mejoraba bastante. Niña lactante hasta los 21 meses pero bueno después de caer tan pequeñita es su punto débil. A los 2 años nos han puesto un tratamiento y la verdad que no hemos vuelto a recaer. También hablan de la fisioterapia respiratoria para sacar los mocos acumulados después de tantas bronquitis.
    Y lo mejor es que normalmente sin tomar medicación desaparecen los casos frecuente de bronquitis a los 3 o 4 años. Espero que sea nuestro caso. Gracias por este Post porque la verdad que desespera verlos tan malditos tantas veces. ��
    @Madre_degeneropunkrock

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