¿Qué es?
Es un tipo de lesión cerebral que implica la muerte o necrosis de pequeñas áreas de la sustancia blanca del cerebro situada alrededor de los ventrículos laterales, debido a infarto o falta de riego sanguíneo en esas zonas. Es la segunda complicación del sistema nervioso central más frecuente en los niños prematuros.
¿Cuales son las causas?
Una de las causas más importante es el escaso flujo sanguíneo en las áreas alrededor de los ventrículos del cerebro. Estas regiones del cerebro son muy susceptibles a lesiones isquémicas, especialmente los niños prematuros y en especial por debajo de las 30 semanas de edad gestacional. Estoy puede producirse por restricción del crecimiento intrauterino y alteraciones vasculares de la placenta como en caso de preeclampsia, o también en alteraciones hemodinámicas antes del parto como las que ocurren en la placenta previa, el desprendimiento de placenta y los síndromes transfusionales en la gestación.
Otras causas son las infecciones en el momento del parto, como la corioamnionitis y rotura prematurda de tempranas.
Existen factores de riesgo posnatales sobre los que se puede actuar para disminuir el riesgo de desarrollo de leucomalacia periventricular, como la enterocolitis necrotizante, displasia broncopulmonar, la hipotensión arterial, la hiperbilirrubinemia o el uso prolangado de oxígeno.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico inicial se establece mediante una ecografía cerebral. En los niños prematuros se realiza de rutina para descartar ésta y otras enfermedades. En cualquier caso, una vez diagnosticada, se realiza una resonancia magnética para precisar la extensión de las lesiones.
¿Cómo se trata?
No existe tratamiento curativo para esta enfermedad. Lo que ayuda a mejorar sus secuelas es la atención temprana, la rehabilitación y fisioterapia.
¿Cual es su pronóstico?
Las secuelas de la leucomalacia periventricular dependen en gran medida de qué zonas del cerebro estén afectadas. Durante el periodo neonatal es asintomática. Suelen producirse posteriormente problemas en el desarrollo psicomotor, presentando un retraso o déficit en la adquisión de movimientos como sentarse, gatear o caminar. Alguno de estos niños pueden presentar parálisis cerebral, especialmente rigidez o aumento del tono muscular (espasticidad) en las piernas. También pueden aparecer problemas para el aprendizaje, la adquición del lenguaje o déficits intelectuales.
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