Las preguntas más frecuentes de las madres primerizas rodean el tema de la preparación de los biberones. El objetivo de este post es esclarecer las dudas que aparecen con más frecuencia sobre este tema.
El primer paso es esterilizar el agua. Si es agua del grifo es necesaria hervirla. Para ello ponemos el agua a hervir en un recipiente limpio. Una vez que entre en ebullición, debemos esperar 3 minutos más y luego retirarla de la fuente de calor.
Sin embargo, si es agua embotellada, este paso ya no sería necesario. Es más recomendable un agua de mineralización muy débil, tal como puede ser el agua Bezoya.
A continuación llenamos los biberones con el agua caliente y los montamos, con las manos bien limpias. Podemos almacenar biberones con el agua preparada durante al menos 24 horas, no más tiempo.
Cuando necesitamos un biberón, lo calentamos. Para ello podemos utilizar un calienta biberones, el baño maría, y en último caso, el microondas. Debemos tener en cuenta de que si usamos esta última opción, la temperatura del biberón sera heterogénea, ya que se obtiene una temperatura más elevada en la parte superior del biberón. Una vez sacado del microondas, debemos agitarlo de forma que la temperatura de la leche sea homogénea en todos los puntos.
A continuación aportamos un cacito de la leche en polvo por cada 30 mL de agua. Es decir, para 30 mL un cacito, para 60 mL dos cacitos, etc. Agitamos bien para evitar los grumos y quede una solución homogénea.
Por último comprobamos la temperatura del biberón en el dorso de nuestra mano antes de ofrecérsela al niño. Si está demasiado caliente, puedes enfriarlo un poco poniendo el biberón debajo de un chorro de agua fría.
¡Y listo!
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