¿Qué son?
Constituyen la causa más frecuente de crisis en la infacia. Son crisis convulsivas asociadas a fiebre, en ausencia de infección del sistema nervioso o alteraciones metabólicas, que ocurren entre los 6 meses y los 5 años de edad, siendo más frecuentes entre los 18 y los 24 meses.
Los procesos infecciosos en que se producen son generalmente de etiología viral, aunque también existen factores genéticos involucrados. Infecciones sin importancia como otitis, amigdalitis, gastroenteritis... pueden dar lugar a una convulsión febril.
¿Cuales son los síntomas?
Las convulsiones febriles se caracterizan por pérdida de consciencia y afectación motora (grupos musculares) de diferentes formas:
- Movimientos bruscos y repetidos de las extremidades, brazos y piernas, en forma de sacudidas más o menos rítmicas.
- Rigidez de todo o parte del cuerpo.
- Ausencia total de movimientos, con flaccidez generalizada.
Puede ir acompañada de movimientos de chupeteo de los labios, labios azulados, desviación de la mirada o mirada fija, una micción o defecación involuntaria.
Posteriormente al episodio el niño puede quedar con tendencia al sueño.
¿Qué tipos de convulsiones febriles existen?
De acuerdos a sus características, podemos diferenciar dos tipos:
- Convulsiones febriles típicas o simples: son generalizadas, únicas en un mismo episodio febril y de menos de 10-15 minutos de duración.
- Convulsiones febriles atípicas o complejas: cuando no cumple alguno de los criterios anteriores, es decir: son focales, vuelven a aparecer en las 24 horas siguientes o duran más de 10-15 minutos. También son poco habituales aquellas que aparecen en un lactante menor de 6 meses o mayor de 5-6 años, aquellas que aparecen 24 horas después del inicio de la fiebre y aquella que necesita más de una hora para una recuperación completa.
¿Cuando se producen?
Se presentan habitualmente coincidiendo con la elevación brusca de la fiebre, por encima de los 38.5ºC.
El factor más determinante es la rapidez en su elevación, más que la temperatura alta en si.
¿Hay riesgo de que vuelva a ocurrir?
Sí. El riesgo de reincidencia es del 25-30%, menos frecuente cuanto más tiempo pase del episodio. Los principales factores de riesgo son: primera crisis antes de los 12 meses de edad (siendo la edad el principal factor determinante de recurrencia), existencia de antecedentes familiares de convulsiones febriles, si se desencadena con fiebre baja o si ocurre con escasa duración de la fiebre.
¿Cual es su pronóstico?
El riesgo de desarrollar epilepsia es ligeramente superior que en la población general. En este sentido, los factores de riesgo son: antecedentes familiares de epilepsia, existencia de alteración neurológica previa, primer episodio antes de los 12 meses de edad o si las crisis febriles son complejas. Así mismo, un niño puede tener varias convulsiones febriles, sin que eso implique que sea epiléptico.
En cualquier caso, no se ha demostrado relación entre al presencia de la convulsión febril y la aparición posterior de trastornos del desarrollo o disminución del cociente intelectual. Es decir, las convulsiones febriles no dejan secuelas sobre la inteligencia ni el aparato locomotor.
Un niño con convulsiones febriles debe llevar una dieta absolutamente normal.
¿Qué debes hacer si tu hijo está convulsionando?
- Lo más importante y dificil es mantener la calma. La mayoría de las convulsiones ceden solas en unos minutos.
- Poner al niño tumbado de lado, en el suelo o en un lugar donde no pueda hacerse daño (evitar caídas, golpes, o retirar objetos cercanos con los que pueda hacerse daño)
- Retirar todo lo que tenga en la boca. No es necesario meter nada para mantener la boca abierta, ya que la mordedura de la lengua es excepcional.
- Desnudar al niño. Quitar el exceso de abrigo. Aplicación de toallas o paños mojados con agua tibia por todo el cuerpo.
- Poner paracetamol vía rectal. Evitar dar medicación por boca si el niño está inconsciente por riesgo de que se atragante.
¿Qué hacer en caso de fiebre?
Hay que actuar de igual manera que en otras ocasiones que el niño haya tenido fiebre. Es conveniente intentar bajar la temperatura. La administración de fármacos antitérmicos (siendo paracetamol e ibuprofeno los más empleados) no previenen la aparición de convulsiones febriles, pero aliviar la fiebre proporcionará confort y mejor estado general al niño. Por ello, las dosis de fármacos para la fiebre administradas deben ser las habituales y no necesitan un tratamiento diferente para la fiebre que el que se administra a los demás niños.
Y por último, os dejo un video que resume muy bien lo que son las convulsiones febriles:
Muy buen artículo, felicidades
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