25 de noviembre de 2015

Todo sobre la conservación de la leche materna

La leche materna puede extraerse para su uso posterior y ser utilizada posteriormente cuando la madre por diferentes motivos no puede amamantar a su bebé.



¿Qué recipientes uso?
Se pueden utilizar recipientes de vidrio o de plástico. El problema es que muchas veces el espacio de nuestro congelador es limitado, por lo que es más práctico optar por recipientes plásticos como bolsitas. No hace falta que sean específicamente las de lactancia, basta que sean de plástico de uso alimentario. Si aún así preferís usar las específicas de lactancia, os recomiendo las de Nuk o Lansinoh, por ser las de mejor calidad precio que he encontrado. 
Independientemente del tipo de recipiente elegido, es conveniente etiquetarlo con la fecha de extracción, para ir consumiendo los más antiguos.

¿Qué cantidad de leche congelo?
Lo ideal es congelar cantidades pequeñas, de este modo si en un día el bebé no tiene mucha hambre, no tendremos que desechar mucha leche. Y la leche materna es oro fluido. Os aconsejo congelar cantidades pequeñas, sobre 50 ml en cada recipiente, y no más de 100 ml.
Es importante saber que la leche previamente descongelada, no se puede volver a congelar.

¿Dónde guardo la leche materna?
Varía en función del momento en el que el bebé tomará esa leche.
Si vas a dársela al bebé en menos de 4 horas, la puedes dejar a temperatura ambiente. La leche no se debe calentar más de una vez. Si tras calentarla y ofrecérsela al bebé no la quiere, puedes esperar como mucho 30 minutos. Si pasa más tiempo, hay que desecharla.
Si la idea es que la tome en los siguientes días, lo mejor es guardarla en la nevera hasta 3-5 días. Si consideras que no la consumirá en ese margen de tiempo, entonces es mejor guardarla en el congelador recién extraída. De igual forma, cuando se saque de la nevera se puede calentar una vez, si el bebé no la quiere puedes esperar 30 minutos, si no se debe desechar.
Si te sacas la leche varías veces al día, puedes guardarla en el mismo recipiente. Pero es importante que para mezclarlas, ambas leches deben estar a la misma temperatura. Es decir, guardas la leche recién extraída en la nevera, y cuando ya esté fría, la puedes mezclar con el resto que hayas sacado en las 24 horas previas. 

¿Cuánto dura la leche descongelada en buen estado?
Las cifras son variables en función de la fuente de información que consultéis,aunque yo me quedo con las siguientes:

Es importante recalcar que la leche descongelada no se debe volver a congelar

Transporte de la leche materna
Muchas veces la madre se ve obligada a sacarse la leche fuera del domicilio, por ejemplo, en el trabajo. En estos casos puede ser útil disponer de una pequeña nevera portátil. Hay algunas que son específicas para el transporte del sacaleches y demás accesorios, pero probablemente sea más económica la típica nevera de playa y cumple la misma función.

Se deberá introducir cada mañana una bolsa o bloque de hielo en la nevera para llevársela al trabajo. Después de extraerse la leche, se depositará en el recipiente elegido (bolsitas de plástico, recipiente de vidrio...) y se guardará en la nevera hasta la vuelta al domicilio. Una vez allí, se puede optar por refrigerar en la nevera o guardarlos en el congelador. Cuanto más refrigerada esté la leche materna, y menos cambios de temperatura sufra, mejor conservación.

¿Se puede mezclar?
SI se pueden mezclar leche de diferentes extracciones en la nevera para dársela al bebé en una toma.
NO se debe mezclar extracciones guardadas en la nevera para congelar de distintos días.
NO se debe mezclar leche recién extraída de leche refrigerada. Se debe guardar la leche fresca en la nevera y esperar a que ambas tengan la misma temperatura para mezclar.
SI se pueden mezclar diferentes leches que hayan sido congeladas para hacer una única toma.
NO se debe mezclar leche fresca con leche congelada y volver a congelar.
SI se puede mezclar leche fresca y descongelada para hacer una única toma y ofrecérsela al bebe.
SI se puede mezclar leche materna con artificial.

¿Cómo calentar la leche materna?
La leche materna debe calentarse al baño maría, en leche previamente caliente (o llamado "falso baño maría". Es decir, sería incorrecto introducir el recipiente con la leche materna en agua fría y empezar a calentar todo en el fuego. Tampoco se debe calentar la leche directamente al fuego. Lo correcto sería llenar un recipiente grande de agua caliente, se sumerge el frasco con la leche y a esperar. Si el agua se enfría se cambiará las veces que sea necesario.
Otra opción es descongelar con agua caliente del grifo, sin encender el fuego. 
La leche almacenada se sedimenta en capas: un precipitado en el fondo, una fase gruesa acuosa opalescente y una película grasa en la parte superior. Una vez descongelada, hay que agitar el recipiente suavemente para mezclarla y devolver a la leche su apariencia original.

¿Por qué algunos bebés rechazan la leche descongelada?
La leche de algunas mujeres se altera cuando lleva unos días congelada, adquiriendo un olor a rancio. Esto se debe a la acción de la lipasa, enzima presente en la leche materna, que actúa sobre la leche y empieza a digerirla. Esto no quiere decir que la leche esté mala y haya que desecharla, pero si es cierto que a algunos bebés no les gusta. La solución para ello es escaldar la leche materna justo después de sacársela. Para ello, calentaremos la leche al baño maría hasta que aparezcan pequeñas burbujease por los lados del recipiente. Es importante no dejar que hierva, para que la leche mantenga todas sus propiedades intactas. Después se enfría inmediatamente. Mediante este sencillo procedimiento desactivamos la lipasa y evitaremos este problema.

¿Cómo administrar la leche?
Algunos bebés aceptan el biberón, y luego toman también el pecho sin problemas. En algunos casos, los bebés confunden tetina y pezón, dando lugar a un mal agarre, lo que puede producir grietas o dolor en el pezón. Otros van rechazando el pecho poco a poco, ya que el biberón les resulta más cómodo, pues apenas tienen que esforzarse para obtener leche. Y por último, hay bebés que no quieren ver un biberón ni en pintura.
Mi recomendación por tanto es optar por dar la leche en vasito. Aunque pueda parecer extraño, los bebés son capaces de hacerlo sin problema, e incluso prematuros y recién nacidos pueden alimentarse con esta técnica. La opción de la jeringa, cuchara o cuentagotas es útil en bebés pequeños, pero considerando que la reincorporación de la mujer al trabajo coincide a los 4-5 meses de edad del bebé, éste tomará cantidades importantes de leche, y estos métodos no resultarán prácticos.
Si el bebé rechaza biberón y vasito, otra opción es espesar la leche con cereales y dársela con cuchara.

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