27 de agosto de 2015

El crecimiento del bebé que toma leche materna

Cuando vamos a los distintos controles de salud con el bebé, uno de los momentos que más preocupan a las mamás es el momento "báscula": el saber si sus niños están engordando correctamente.


A la hora de valorar el crecimiento y desarrollo de un bebé, debemos saber que los niños amamantados tienen un patrón distinto a los que toman biberón. Por lo general, los lactantes amamantados ganan más peso durante los primeros meses y a partir del 4-6º mes, su ganancia es menor que la de aquellos alimentados con sucedáneos de leche materna.

 La mayoría de las tablas de crecimiento usadas están basadas en lactantes amamantados con sucedáneos. Es por este motivo que la Organización Mundial de la Salud elaboró sus propias tablas utilizando para ello sólo bebés alimentados al pecho. Esas son las tablas que deberemos usar en caso de que el bebé reciba lactancia materna.Estas gráficas establecen la lactancia materna como el patrón de referencia para determinar un crecimiento saludable.

Como os comenté en el post "los dichosos percentiles", los percentiles son medidas estadísticas y, por definición, la mitad de los niños están por debajo de la media. El objetivo no es estar en la media ni estar siempre en el mismo percentil. Es mejor utilizar el incremento de peso durante un periodo, que el peso concreto en un momento determinado.

Así, es relativamente frecuente ver lactantes alimentados al pecho que al llegar al 4º-6º mes, sufran una "caída" en los percentiles. Esto a veces se interpreta como que "la leche de la madre no es suficiente" y se corre el peligro de introducir leche de fórmula, cereales o papillas para "ayudar" Error. No es que el bebé que tome lactancia materna "deje de engordar", es que los lactantes alimentados con fórmula, engordan más.

Conclusión: no te agobies si ves dicha caída de percentiles al 4 o 6º mes de vida de tu pequeño. Si la ganancia de peso es adecuada, y tu bebé está sano y contento, no tienes por qué preocuparte.

24 de agosto de 2015

La diarrea funcional en el niño

Es bastante frecuente en las Consultas de Gastroenterología infantil, ver niños en edad preescolar que presentan una diarrea de varias semanas o meses de evolución, y que por lo demás son sanos, creciendo y engordando con normalidad. Esto es, brevemente, lo que llamamos diarrea funcional o diarrea crónica inespecífica. Es una entidad que preocupa a los papás, por lo que es necesario tranquilizarles ya que es un cuadro de carácter benigno y autolimitado.


¿Qué es la diarrea funcional?
Es la causa más frecuente de diarrea crónica en la infancia. Es una alteración de la función del intestino, que se caracteriza por la realización de tres deposiciones poco formadas,durante un tiempo mayor de 4 semanas. Son niños que crecen y engordan con normalidad. Suele iniciarse entre los 6 y 36 meses de vida.

¿Cuales son los síntomas?
El único síntoma que aparece es la diarrea. Como os decía, esta diarrea no tiene ninguna repercusión en la salud del niño ni en su desarrollo. Es característico que las deposiciones diarreicas sólo se produzcan durante el día, no de noche, disminuyendo la consistencia de las heces a lo largo del día. Es frecuente que las heces tengan restos vegetales sin digerir. La diarrea suele ser intermitente y remite por sí sola antes de los 5 años de edad.

¿Por qué se produce?
La causa de este trastorno no se conoce. Parece que existe una alteración de la motilidad intestinal, de modo que disminuye el tiempo de tránsito de los alimentos en el intestino delgado, motivo por que las deposiciones son menos consistentes.También se ha relacionado con factores psicosociales, como el estrés, problemas familiares, maltrato, que alteran también la motilidad intestinal.


¿Cómo se diagnostica?
No hay ninguna prueba que nos permita diagnosticar esta entidad. Ante un cuadro de diarrea crónica, se realizarán pruebas complementarias para descartar otras patologías que pudieran presentarse de forma similar: enfermedad celíaca, parásitos intestinales, infecciones bacterianas,etc. En la diarrea funcional todas las pruebas serán normales.

¿Cómo se trata?
La tendencia actual todavía es que ante un niño con diarrea se le ofrezca una dieta especial, una dieta blanda, sin grasas, en la que se excluye la lactosa. En estos casos es contraproducente. 
Debemos ofrecer una dieta equilibrada, evitando restricciones dietéticas. La ingesta grasa no debe limitarse, ya que las grasas tienen la ventaja de enlentecer el tránsito digestivo. Lo que sí es conveniente es limitar la ingesta de hidratos de carbono simples (zumos de fruta, chucherías y similares).

¿Se cura?
La respuesta es sí. La tendencia de esta entidad es hacia la resolución, que suele ocurrir antes de los 5 años de edad. Es por tanto una entidad completamente benigna y que no tiene ninguna repercusión sobre el niño. Por tanto, ante este diagnóstico, tranquilidad. 

10 de agosto de 2015

Los dichosos percentiles

Una de las preocupaciones más frecuentes de los papás en lo que se refiere al crecimiento de sus hijos se encuentra en los percentiles. Se piensa que lo ideal es que se encuentre en la media o por encima, teniendo esto como objetivo, pero esto no es así.


¿Qué significan los percentiles?
Los percentiles son una medida estadística. Si vemos la gráfica, es como si vieramos 100 niños de la misma edad en fila, ordenándolos en función del peso y la talla, desde el más bajito o delgadito hasta el más alto o gordito. El 1 sería el más delgado o bajo, y el 100 el más alto y rellenito. Por ejemplo, si un niño se encuentra en el percentil 30 de talla, esto significa que 30 niños serán más bajos que él, y 70 más altos.
Se trata de una descripción de la población, y en ningún momento estamos hablando de normalidad o no. No indican el estado de salud del niño. Estas tablas están elaboradas a partir de niños todos ellos SANOS, por lo que tanto los que se encuentran en el percentil 3 como el 97, son niños sanos. Cada uno es como es (y tiene los genes que tiene).
Así mismo, el percentil puntual de un niño, como dato aislado, no tienen demasiado valor. Lo importante es ver la evolución global del niño a lo largo del tiempo, que ayudará al pediatra a tomar decisiones.

¿Cuando debemos preocuparnos?
Como en todo, tenemos que establecer una frontera, y poner un punto de corte para saber en qué momento debemos preocuparnos. Así, niños que se encuentran por debajo del percentil 3 o del percentil 97, deben ponernos sobrealerta. Pero ¡ojo!, esto sigue sin significar que haya ningún problema, pero en este caso el pediatra deberá realizar un estudio. Debemos recordar que un 3% por debajo del percentil 3 y otro 3% por encima del 97, son niños normales sin ninguna patología. Por ejemplo, si un niño se encuentra en un percentil 3 de talla, pero tanto su padre como su madre son bajos y crece a buen ritmo, lo más probable es que nos encontremos con una talla baja familiar en un niño por lo demás totalmente sano.

Errores en la interpretación
Muchos padres con niños que se encuentran debajo de la media se encuentran preocupados. No por ello debemos pensar que su hijo está enfermo o hacer modificaciones en su alimentación. Estadísticamente, la mitad de los niños se encontrarán por debajo de la media. El percentil 50 no es el percentil ideal, sólo refleja que la mitad de los niños pesan o miden más y la otra mitad menos.

Por otro lado los percentiles no son caminitos que el niño debe recorrer obligatoriamente. Un niño perfectamente sano puede recorrer varios carriles a lo largo de su edad pediátrica. Por ejemplo, un niño que nace con bajo peso, o con crecimiento intrauterino retardado, puede cruzar varios carriles hasta alcanzar el percentil que le corresponde.
Pero también una caída llamativa y progresiva en percentiles puede ponernos sobrealerta. Si un bebé hasta ahora sano, que estaba en un percentil 75, sufre una caída progresiva hasta el percentil 15 coincidiendo con la introducción del gluten, e inicia síntomas de diarrea, vómitos, irritabilidad... debería hacernos sospechar de una patología, en este caso de enfermedad celíaca.

En definitiva, los percentiles son sólo números. El peso, la talla, no tienen importancia si a tu hijo se le ve feliz y sano. Fuera la percentilitis.

5 de agosto de 2015

Qué esperar en la revisión de los 15 días del recién nacido

A lo largo de la infancia de nuestros bebés, están fijadas una serie de visitas al pediatra que constituyen las revisiones del niño sano. El objetivo será mantener, y ser posible, mejorar la salud del niño. Así, aunque es variable entre comunidades autónomas, en general ocurren a los 15 días, al mes, a los 2, 4, 6, 8, 12 y 18 meses, y posteriormente a los 2, 4,6,8,10,12 y 14 años.

La primera de ellas, y que muchas veces supone el primer contacto con el pediatra, ocurre a los 15 días de vida del bebé.


¿Qué va a ocurrir en la primera revisión del bebé?
En primer lugar el pediatra realizará una historia clínica, es decir, recogerá datos acerca de la gestación, el parto y la evolución durante la estancia en la maternidad. Esto constituye el punto de partido para el seguimiento de la salud del niño durante la edad pediátrica.
A continuación, se realiza una exploración física del recién nacido, además de pesarlo y medirlo.
Con todo ello, y a partir de los datos recogidos en la historia clínica y mediante la exploración del bebé, se realizará un plan de actuación frente a cada uno de los problemas detectados.
Pero uno de los aspectos más importantes es la promoción de la salud, que se realiza mediante una serie de recomendaciones comunes a todos los recién nacidos.

Promoción de la lactancia materna
La leche materna es el mejor alimento para el recién nacido, ya os hablé de todas sus ventajas aquí y aquí.El pediatra os explicará cómo conseguir una lactancia materna exitosa, que os recuerdo también aquí. Recordad que el amamantamiento debe ser a demanda, es decir, siempre que el bebé lo pida, sin horarios, y mantenerlo al pecho el tiempo que él desee.
Lo ideal siempre sería observar una toma en la consulta, ya que muchas veces los fracasos de la lactancia materna se producen por una técnica incorrecta, bien por posición inadecuada o agarre incorrecto.

Prevención de la salud bucodental
Os informarán de la posible aparición de caries grave en el niño pequeño, por el empleo de miel, azúcar u otros edulcorantes en el chupete. Este hábito debe evitarse.

Prevención del síndrome de muerte súbita del lactante
La medida demostrada más eficaz es evitar la posición boca abajo del recién nacido durante el sueño. Es más seguro que duerman boca arriba. Os comentarán otros consejos: evitar colchones blandos, accesorios sueltos en la cuna (juguetes, cojines, almohadas...), evitar el arropamiento excesivo del niño y el sobrecalentamiento de la habitación, evitar el tabaquismo...

Prevención de la plagiocefalia postural
Desde que se recomienda la posición en decubito supino (o en cristiano, boca arriba) de los bebés para dormir, es más frecuente esta patología. Esto es, la deformidad de la cabecita por apoyarse siempre en el mismo punto, de modo que queda "aplanada" por uno de sus lados. Para evitarlo, os recomendarán cambios posturales, alternando las posiciones de la cabeza en la cuna, y poner al niño boca abajo mientras esté despierto y siempre supervisado por un adulto.

Recomendaciones en relación al sueño
Os dirán que no es necesario un ambiente excesivamente silencioso durante el día, de hecho, tampoco es recomendable. Se debe establecer una rutina de normas claras para conseguir un hábito saludable y evitar la aparición de problemas futuros. Os podrán recomendar el colecho, sobre todo en casos de lactancia materna, ya que favorece su mantenimiento y es mucho más cómodo para las mamás.

Medidas de fotoprotección
Os recomendarán evitar la playa durante los primeros meses si es verano. Y es que el recién nacido posee menor protección cutánea a los rayos UV, por lo que debe evitarse su exposición excesiva al sol. Recordar que las cremas fotoprotectoras no están indicadas, al menos, hasta los 6 meses.

Prevención de la deficiencia de vitamina D
Desde los 15 días de vida se recomienda el suplemento de vitamina D: 400 UI al día. Se mantendrá tantos meses como vuestro pediatra indique, en general, hasta los 6.

Cuidados del cordón umbilical
Echarán un vistazo al cordón umbilical para comprobar que no hay signos de infección, y os podrán recordar cómo hacerlo correctamente (como aquí). Recordad que lo más importante es mantenerlo limpio y seco, y aunque el uso de antisépticos no aporta ningún beneficio, si se utiliza, se debe usar clorhexidina o alcohol 70º, nunca betadine.

Prevención de accidentes infantiles
Os hablarán acerca de la cuna, la forma más segura de calentar un biberón o de bañar a un bebé, os recordarán las normas de seguridad infantil en desplazamientos en automóvil, etc.

Y recordad que es el mejor momento para preguntar al pediatra todas vuestras dudas acerca de vuestro bebé. ¡Para eso estamos!